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jueves, diciembre 26, 2024

Víctimas de violencia infantil, el doble de riesgo de intentos de suicidio

Cada año mueren en el mundo más de un millón de personas como resultado de la violencia interpersonal, y muchas más sufren lesiones graves. Los niños y los jóvenes son los grupos con mayor riesgo de ser víctimas de esta violencia que agrupa a la violencia física, el abuso sexual, el abuso emocional, la negligencia, el bullying, la violencia de pareja y la violencia en la comunidad.

Todas las formas de exposición a la violencia en edades tempranas están asociadas con mayor riesgo de futuros intentos de suicidio y, en particular, con el suicidio en los jóvenes y adultos jóvenes, en edades comprendidas entre los 12 y los 26 años de edad. Por tipo de violencia, el abuso sexual infantil y el acoso escolar son los principales contribuyentes a estos intentos de suicidio. Así lo confirman investigadores del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) en una revisión de estudios.

«Los individuos que han sido víctimas de cualquier tipo de violencia interpersonal durante la infancia o adolescencia tienen dos veces más riesgo de realizar intentos de suicidio cuando son jóvenes o adultos jóvenes, y este riesgo casi se cuadruplica cuando el abuso ha sido sexual», explica Jordi Alonso, coordinador del grupo de investigación en Servicios Sanitarios del IMIM y director del estudio.

«Pero la asociación es mucho más alta para la muerte por suicidio que aumenta hasta 10 veces respecto a los que no han sido víctimas. La infancia y la adolescencia son períodos críticos del desarrollo, asociados a una mayor sensibilidad, y la exposición a la violencia en estas edades se asocia con múltiples problemas emocionales y de comportamiento, entre los que se encontraría una mayor vulnerabilidad a los comportamiento suicidas e, incluso, a la muerte por suicidio» añade.

«Este riesgo de suicidio casi se cuadruplica cuando el abuso ha sido sexual», dice el investigador

Es la primera vez que un estudio, publicado en Acta Psychiatrica Scandinavica, proporciona una estimación del riesgo de suicidio que supone la exposición a cualquier tipo de violencia durante la infancia, a partir de un análisis sistemático de todos los estudios realizados sobre el tema en todo el mundo.

El suicidio, segunda causa de muerte entre jóvenes

El suicidio es la segunda causa de muerte en los jóvenes, y constituye un serio problema de salud pública. Durante los últimos 45 años las tasas de suicidio en todo el mundo han aumentado en un 60%, y los jóvenes son el grupo de mayor riesgo en un tercio de los países, tanto desarrollados como en países en vías de desarrollo.

El suicidio tiene un coste familiar y social enorme, y más aún cuando la víctima es un adolescente o una persona joven. Cada suicidio juvenil tiene un potencial de 60 años de vida perdidos y los intentos de suicidio tienen un alto impacto en términos de años de vida perdidos debido a la discapacidad que generan. En Cataluña, el programa pionero Codi Risc Suïcidi tiene como objetivo prevenir la mortalidad por suicidio y el Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones del Hospital del Mar, entre otras instituciones, tiene un papel destacado.

«La exposición a la violencia durante la infancia no tiene solo consecuencias a corto plazo, durante la etapa joven, sino que también tiene consecuencias a largo plazo. Las víctimas de violencia interpersonal, ya sea sexual o no sexual, son las que tienen más probabilidades de presentar trastornos mentales, consumo de drogas, futuros intentos de suicidio, infecciones de transmisión sexual y comportamientos sexuales de riesgo», señala Pere Castellví, investigador del grupo de investigación en servicios sanitarios del IMIM y primer firmante del artículo.

«La eliminación completa de la exposición a la violencia interpersonal durante la infancia lamentablemente es poco probable, pero los niños y jóvenes que la han sufrido deben ser considerados objetivos potenciales para los programas de prevención de suicidios, donde equipos compuestos por expertos multidisciplinares deben desempeñar un papel fundamental en la identificación y acompañamiento de las víctimas», concluye Alonso.

 

FUENTE: SNIC

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