Desde que el nuevo gobierno tomó posesión de sus responsabilidades, ha ido de sorpresa en sorpresa. Así, en los primeros días de mandato, descubrió que las sociedades municipales estaban en causa legal de disolución y que para evitarlo se necesitaba una aportación mínima de capital de 74 millones de euros. Más tarde, se encontró con que el anterior alcalde había incumplido los compromisos de pagos con la Seguridad Social, a la que dejó una deuda de 15 millones de euros, y que había gastado irregularmente 20 millones de los convenios urbanísticos. A continuación, supo también, que Valadez había dejado facturas en los cajones sin contabilizar por un importe de 35 millones de euros y que había dispuesto irregularmente de 3 millones de euros destinados a subvenciones. Igualmente, confirmó, tras una auditoria interna, que la deuda dejada por Valadez, ascendía a la astronómica cifra de 300 millones de euros.
Y ahora, para poner la guinda a ese cúmulo de despropósitos, resulta que el ex-alcalde socialista, David Valadez, empleó más de siete millones de euros que los particulares y las empresas depositaron como garantía ante obras y servicios en el anterior mandato, para pagar a los trabajadores y proveedores municipales, según ha asegurado el concejal del área de Economía del Ayuntamiento, Manuel Aguilar. La cuantía equivale al 18% de lo que se recaudará el año que viene por el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), explicó el concejal. «Si hacemos la comparación, en un Ayuntamiento como el de Madrid, serían unos 1.200 millones de euros», calculó el responsable de las arcas del municipio.
Aguilar señaló que desde hace meses algunas sociedades ya se han dirigido a él para solicitarle la devolución de unos 150.000 euros, «una cantidad pequeña si tenemos en cuenta el total del importe». Pero la delicada situación que atraviesan las arcas municipales impide que el Consistorio esteponero pueda hacer frente a los pagos. «Reconocemos las deudas. En cuanto podamos las devolveremos, aunque ahora es complicado», explicó el edil, que destacó la compresión que muestran los solicitantes ante la falta de liquidez del Consistorio.
«Lo más grave de la situación es que el anterior regidor gastara en lo que no debía el patrimonio privado de los ciudadanos y empresarios de la localidad. Estos depósitos están para subsanar responsabilidades ante ejecuciones de obras que se han realizado anómalamente», explicó el edil.
A la devolución de este importe, hay que añadir las cantidades que el Consistorio tiene que abonar a la Seguridad Social, a Hacienda, a proveedores y trabajadores municipales, entre otros muchos acreedores. En total, unos 300 millones de euros suma la pesada deuda que dejó Valadez en el Ayuntamiento, a pesar de que cuando accedió a la alcaldía se encontró más de 30 millones de euros en las arcas públicas, tal como consta en un informe emitido por el Tesorero Municipal.
Sin embargo, Aguilar vaticinó que, a pesar de esta deuda tan enorme, «con paciencia, y entre todos, sacaremos las cuentas municipales adelante».