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lunes, diciembre 23, 2024

Un 15% de los niños con edades comprendidas entre los 6 y los 14 años padece asma

Con motivo del Día Mundial del Asma, que se celebra el martes, el Hospital Vithas Xanit Internacional recuerda la importancia de tratar esta patología en los más pequeños, ya que entre el 7 y el 15% de los niños con edades comprendidas entre los 6 y los 14 años padece esta patología, un proceso inflamatorio crónico que limita el flujo de aire de las vías respiratorias y aumenta el grado de respuesta a sus agentes desencadenantes (alérgenos, deportes, virus, etc.).

“El asma es una de las enfermedades crónicas más frecuentes en los niños con una prevalencia que en España se sitúa en casi un 15%, superior a la media de otros países de nuestro entorno”, explica el Dr. Carlos Hermoso, pediatra del Hospital Vithas Xanit Internacional. “Se trata de una enfermedad crónica del aparato respiratorio que se caracteriza por un conjunto de síntomas que conllevan dificultad respiratoria para el menor. Sus principales síntomas son tos, pitos al respirar (silibancias), fatiga y opresión en el pecho”, añade el especialista.

Desde el Servicio de Pediatría de Vithas Xanit recuerdan también la importancia de diagnosticar esta patología para un correcto tratamiento de la misma. “Los padres deben estar alerta ante cualquiera de los síntomas mencionados anteriormente y acudir al pediatra si aprecia en su hijo alguno de ellos”, explica Francisco Jesús García, Jefe del Servicio de Pediatría de Vithas. “No suelen aparecer todos a la vez y, en general, el que más asociamos a asma es la fatiga con pitos, que nunca debe confundirse con el cansancio natural que se produce después de hacer deporte, jugar, etc. Por eso es tan importante diagnosticarlo de forma adecuada para poder controlar la enfermedad y que el niño pueda llevar una vida normal”, añade.

“En el servicio de pediatría de Vithas Xanit apostamos por el uso de pruebas diagnósticas como la espirometría forzada con test de broncodilatación, que consiste en la realización, a partir de los 7 años, de dos espirometrías forzadas sucesivas entre las que se intercala la administración de una dosis de un aerosol broncodilatador que permite comparar los valores obtenidos entre una y otra espirometría y la posible existencia de dilatación bronquial y su grado. También hemos incorporado recientemente a nuestro hospital la fracción de óxido nítrico exhalado (FeNOx), también llamado monóxido de nitrógeno ON, un gas producido por las células del aparato respiratorio, cuya medición se realiza mediante un sofisticado dispositivo llamado Niox ® que mediante quimioluminiscencia es capaz de determinar en pocos segundos la concentración de este gas en el aire espirado del paciente. Se trata de un método aprobado por la European Respiratory Society (ERS) y por la American Thoracic Society (ATS), así como por la FDA, para el diagnóstico y seguimiento del asma en niños en edades tempranas. Una de sus ventajas es que, por su sencillez, permite su uso en niños a partir de los 4 años o que difícilmente colaboran en la realización de otras pruebas.”, explica Francisco Jesús García. “Estas pruebas, permiten determinar no sólo si el menor padece o no asma sino también si se trata de asma leve, moderada o grave”, añade.

“Una vez diagnosticado el asma, lo primero que debe hacerse es evitar que el niño se exponga a los agentes desencadenantes, que principalmente son los ácaros que viven en el polvo doméstico y pólenes de plantas, flores, árboles, etc., así como los hongos, o el pelo y caspapiel de animales (gato, perro, aves, etc.). El frío, los catarros y virus, el ejercicio, el estrés o la Aspirina también pueden agravar el asma; siendo el humo del tabaco el principal irritante inespecífico para los bronquios”, explica el Dr. Carlos Hermoso.

Es importante también que el menor reciba un tratamiento adecuado para el asma. “Actualmente existen dos tipos de medicamentos: broncodilatadores, que hacen que los bronquios se dilaten y pueda entrar mejor el aire y se utilizan durante periodos cortos para el tratamiento de la crisis y para la mejora rápida de los síntomas; y los medicamentos antiinflamatorios, que corrigen la inflamación de los bronquios y se utilizan durante largos periodos de tiempo, incluso en los intervalos en que el niño no tiene síntomas”, explica el Jefe de Pediatría.

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