Esta semana se ha cumplido un año desde que los trabajadores del hotel Ona Valle Romano Golf & Resort, de Estepona, iniciaron movilizaciones para evitar el cierre de las instalaciones por parte de HIG Capital, el ‘fondo buitre’ propietario del complejo.
Medio centenar de familias, que dependen de los puestos de trabajo que ahora peligran, vienen concentrándose desde hace diez meses, todas las semanas, a las puertas de la sede de HIG Capital, en calle Antonio Maura, 4 de Madrid.
Diez meses de protestas y la visibilidad de su situación en los medios de comunicación han conseguido que el responsable inmobiliario del fondo, Esteban Caja, acceda a reunirse con ellos. “Hasta ahora todo son palabras pero ningún hecho”, asegura Juan Carlos Asenjo, portavoz de los trabajadores.
Además, se han celebrado varias reuniones entre HIG Capital y la cadena Ona, la empresa que gestiona las instalaciones y para la cual trabajan los empleados, aunque según Asenjo “nos entretienen con bonitas palabras para ganar tiempo y así asfixiar y apartar a la empresa gestora, hasta conseguir el cese de la actividad del hotel”.
Según los trabajadores, el objetivo del ‘fondo buitre’ es cerrar las instalaciones hoteleras para destinar los apartamentos a uso residencial y gestionarlos en alquiler por periodos anuales, o incluso venderlos por unidades sueltas para sacar más rendimiento. Todo ello implicaría la inviabilidad del hotel y la pérdida de los puestos de trabajo, en favor de la especulación inmobiliaria.
Pese a las bajas temperaturas de Madrid en estos días, los empleados han seguido y seguirán manifestándose a las puertas de HIG Capital. “Al menos las concentraciones han servido para que nos pongan cara y ojos, y para recordarles cada día que somos más de 50 familias que lo estamos pasando muy mal”, concluye el portavoz.