La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) ha lanzado un decálogo con las principales directrices para el abordaje de la obesidad, coincidiendo con el Día Mundial de esta enfermedad que se celebra cada 4 de marzo, ante la elevada prevalencia que alcanza el 18,7% en adultos españoles, mientras que el sobrepeso afecta al 55,8% de la población.
El documento destaca que la obesidad es una enfermedad metabólica crónica, heterogénea y multifactorial, cuyo tratamiento requiere conocer sus determinantes genéticos, ambientales y psicosociales, así como las complicaciones asociadas, para implementar un plan terapéutico personalizado según las manifestaciones clínicas de cada paciente.
La Dra. Irene Bretón, coordinadora del Área de Obesidad de la SEEN, señala que los nuevos medicamentos para tratar la obesidad no solo contribuyen a la pérdida de peso, sino que también mejoran significativamente las complicaciones asociadas como diabetes, riesgo cardiovascular, apnea del sueño y problemas articulares.
«Los fármacos para la obesidad están destinados a tratar la enfermedad y sus indicaciones clínicas se reflejan en la normativa que los regula», explica la Dra. Bretón, precisando que estos medicamentos están indicados para personas con un índice de masa corporal superior a 30 kg/m² o mayor de 27 kg/m² cuando existen complicaciones relacionadas. «No se deben emplear fuera de estas indicaciones, ya que no son medicamentos ‘adelgazantes’, sino fármacos que ayudan a restaurar el balance energético, a controlar la obesidad y sus complicaciones», insiste.
Por su parte, la Dra. Inka Miñambres, miembro del Área de Obesidad de la SEEN, enfatiza la importancia de contar con un equipo multidisciplinar para abordar adecuadamente la enfermedad, que debe incluir médicos de cabecera, especialistas en endocrinología y nutrición, dietistas-nutricionistas, psicólogos, trabajadores sociales y, en los casos más graves, cirujanos bariátricos.
«La cirugía bariátrica es un procedimiento quirúrgico indicado en los casos más graves, que actúa a través de varios mecanismos y ayuda a controlar la obesidad, disminuir el peso de manera mantenida y mejorar sus complicaciones», añade la Dra. Miñambres.
Los especialistas insisten en que el cambio en el estilo de vida constituye un pilar fundamental que debe estar presente desde el inicio del tratamiento y contemplado en cualquier estrategia adicional. Las principales guías recomiendan realizar inicialmente 150 minutos semanales de ejercicio físico aeróbico moderado, complementados con dos o tres sesiones de ejercicio de resistencia o fuerza para preservar la masa muscular.
«El ejercicio físico se debe adaptar a las enfermedades o limitaciones funcionales y también a las preferencias de cada persona, aspectos que son clave para garantizar el mantenimiento de los logros alcanzados a largo plazo», subraya la Dra. Bretón.
Respecto a la alimentación, los endocrinólogos recomiendan implementar un plan alimentario individualizado que se adapte a la cultura y estilo de vida del paciente, garantizando el consumo de proteínas de alta calidad biológica para minimizar la pérdida de masa muscular. En este sentido, sugieren seguir una dieta mediterránea con especial atención a la calidad y cantidad de proteínas.
La SEEN apoya a la Asociación Europea para el Estudio de la Obesidad (EASO) en su lucha para que esta condición sea reconocida como una enfermedad crónica que requiere un abordaje profesional y multidisciplinar, destacando que el objetivo del tratamiento no es simplemente reducir el peso corporal, sino mejorar la composición corporal mediante la disminución de la grasa abdominal, preservando la masa y función muscular, y controlando las enfermedades asociadas.