La semana de la moda de Nueva York estuvo, una vez más, llena de sorpresas. La vuelta de Kanye West a las pasarelas de la mano de Adidas contaba con uno de los mejores front rows de toda la semana de la moda, algo que todo el mundo esperaba. Sin embargo, lo que sí sorprendió, fue la colección y las buenas críticas que obtuvo (tras los fracasos anteriores de Kanye en la moda), y las declaraciones de este para la revista Style.
En la entrevista, el rapero (y ahora diseñador) afirmaba que no quiere faltar al respeto a los diseñadores llamándose a sí mismo diseñador, sino que simplemente cree que tiene una visión sobre algo, y quiere transmitirla. Si con la colección se ganó a la crítica, con estas declaraciones se ganó a gran parte de la industria.
Pero no fue la de Nueva York la única semana de la moda con sorpresas. La fashion week de Milán trajo consigo, como todos los años, el desfile de Gucci, pero esta vez sin Frida Giannini. El nuevo director creativo, Alessandro Michele, que ya presentó la colección para hombre (tras rehacerla en tiempo record), sorprendió a todos los asistentes al romper con todo lo que Frida había establecido durante sus casi diez años diseñando para la firma. Quiso dejar claro que iniciaba una nueva era en la firma ya desde el backstage, antes de que diera comienzo el desfile, cuando destacó que no se había inspirado en una sola época, algo muy típico en la industria en estos últimos años. Michele dijo adiós con su colección al glamour de los 70 y al retro lujoso, característicos de Gucci, y mostró a la mujer con un toque masculino y un aire más romántico, sensible y juvenil.
Si hablamos de sorpresas, no podemos dejar de lado el desfile de Max Mara. Esta firma siempre se ha caracterizado por reflejar a una mujer clásica, trabajadora y prudente, según muchos. Es por eso por lo que cuando comenzó a sonar la música, los paneles del fondo de la pasarela comenzaron a reflejar las olas de mar y se vio salir a Gigi Hadid con un look que recordaba mucho a aquel que Marilyn Monroe lució en esa famosa sesión de fotos que realizó en la playa en 1962, se supo que esta colección daría mucho que hablar. La inspiración para este desfile fue nada más y nada menos que Marilyn Monroe, y a pesar de ser un tema tan opuesto a la estética de la firma, han sabido reinventarlo, dejando de lado esa seducción tan característica de la actriz y centrándose más en su estética y en su historia, y adaptándolo a la filosofía de la propia firma, consiguiendo así colocarse como una de las mejores colecciones presentadas.
Para concluir, hay que destacar también el desfile de Dolce & Gabanna, inspirado en las madres italianas de los años 60, por lo que las modelos no desfilaron solas, sino que lo hicieron acompañadas de niños pequeños, y muchas otras embarazadas. Sin embargo, esto, en lugar de dejar los diseños en un segundo plano, ha contribuido a una mayor difusión y, sobre todo, a una mejor ambientación. Los minivestidos, faldas rectas y ajustadas, flores y diademas, acompañados por los niños que muchas modelos llevaban en brazos o de la mano, nos hacen creer que estamos en plena Italia, cincuenta años atrás.
Nerea Maroto.