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jueves, marzo 28, 2024

Grimes madura con ‘Art Angels’

La indiferencia no se hace llamar Grimes. Desde que el año pasado diese a conocer que el disco en el que trabajaba lo había desechado por ser, según sus propias palabras, “una mierda”, esperábamos con ansia y expectación qué haría la joven canadiense. Complacer a sus fans no parecía fácil tras la decepción que les supuso ‘Go’, esa tema escrito para Rihanna que nunca llegó a materializarse y que a día de hoy recoge más de 16 millones de escuchas en Spotify.

El anterior trabajo, ‘Visions’, había marcado un precedente que Claire Boucher ha querido destronar con ‘Art Angels’, un disco más maduro y que refleja con mayor precisión el eclecticismo de Grimes, fruto quizás del destierro a estudios propios alejados de la civilización.

Las sorpresas se suceden. Lo fue prácticamente la publicación del trabajo, lo ha sido la popularidad que ha alcanzado el single, ‘Flesh without Blood’, y también el videoclip de éste. Cabe mencionar que la creatividad de Boucher no termina en la música, ella ha protagonizado, dirigido y editado el film mientras su hermano lo grababa. Una Maria Antonieta que se divierte y desangra es la protagonista principal aunque hay cabida para Boucher vestida a lo garçon bailando o a la propia Grimes interpretándose a sí misma.

El álbum insinúa la ausencia de homogeneidad que evita la total atracción salvo en contadas canciones. Grimes se describe como artista de single en este ‘Art Angels’. La búsqueda de la perfección es el retrato de su inconformidad y el beneplácito de sus fans pero Boucher no consigue atrapar con sus ritmos que, eso sí, son contundentes.

Esa contundencia se mezcla en momentos con la confusión de ‘California’, ‘Belly of the Beat’, ‘Realiti’ o ‘Life in the Vivid Dream’, canciones dignas de formar parte del último disco de Taylor Swift. Después llega ‘SCREAM’, un tema oscuro y áspero, marcado por una guitarra eléctrica constante y rotunda, además de los sonidos de Aristophanes, una rapera taiwanesa que se convierte en la primera colaboración de este trabajo.

En cambio, del single ‘Flesh without Blood’ una no puede hacer más que rendirse ante semejante embestida de melodías pegadizas, bien construidas y cuidadas donde los coros de la propia Grimes no dejan escape.

En la animadversión a la música japonesa y al electropop ‘Kill V. Main’ no funciona. A pesar de ser igual de ecléctica que lo son las portadas de cada uno de los temas. Hacia la mitad del álbum llega la canción homónima que junto a ‘Easily’ no puede desprenderse de ciertas reminiscencias madonianas.

Son ‘Pin’ y ‘World Princess part II’ quizás el desarrollo natural de ‘Flesh without Blood’. Con ritmos marcados, guitarras que olvidan los sintetizadores y la voz de Boucher más dulce de lo que la hemos podido apreciar con anterioridad, son acierto por hacer de sustento del álbum.

Llegando al final Grimes se acompaña en ‘Venus Fly’ de Janelle Monáe para rematar un álbum que en ocasiones no se justifica tanto como debiese. El tiempo y ansia del que hablábamos al comienzo han creado unas expectativas difíciles de sortear y que con estos 14 temas Grimes no ha dado la talla.

Tatiana Moro

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