La factura de la luz del usuario medio de comienzos de enero es la segunda más cara de la historia, según el análisis de FACUA-Consumidores en Acción. Así, con las tarifas de los primeros quince días del año, un usuario medio pagaría 84,57 euros mensuales (impuestos incluidos), sólo por debajo de los 88,66 euros de entre enero y marzo de 2012.
El pasado diciembre, la factura del usuario medio se situó en 80,23 euros. FACUA realiza sus estudios a partir de la tarifa PVPC aplicada en domicilios cuyos contadores aún no tienen la tarificación por horas. En ellos utiliza un perfil de usuario con una potencia contratada de 4,4 kW y un consumo mensual de 366 kWh mensuales, la media en España según un análisis de la asociación sobre varias decenas de miles de facturas de viviendas habitadas.
En cuanto al precio de la energía consumida, el kWh está en sus niveles más altos desde julio de 2013, cuando se situó en 14,07 céntimos antes de impuestos (17,90 ya incluidos). El máximo histórico fueron los 16,81 céntimos (20,85 con impuestos) de entre enero y marzo de 2012. En los primeros quince días de enero se ha situado en una media de 13,96 céntimos (17,75 con impuestos).
FACUA denuncia la absoluta falta de sensibilidad del Gobierno ante la injustificada carestía del recibo eléctrico y los alarmantes niveles de pobreza energética que sufren millones de consumidores, de los que cientos de miles sufren cortes de suministro cada año por su incapacidad de hacer frente al pago. En 2015 las eléctricas acometieron más de 650.000 cortes de luz por impago, de los que más de 83.000 fueron interrupciones de suministro que duraron más de un mes.
La asociación reclama al Gobierno que ponga fin a las prácticas oligopolísticas que provocan las desproporcionadas tarifas que pagan los usuarios en España. FACUA exige la intervención del sector para que sea el Ejecutivo el que fije periódicamente una tarifa asequible, dado que el sistema de fijación de precios existente en el mercado de la generación español fomenta la especulación y los abusos.
Se trata, advierte FACUA, de un sector donde nunca ha existido la competencia que se prometió engañosamente a los consumidores cuando se inició su liberalización, por lo que la única solución es emprender medidas similares a las adoptadas hace años en la UE con las tarifas móviles de roaming, de manera que sea el Gobierno el que fije los precios para los consumidores domésticos.
Además, la asociación demanda la bajada del IVA que se aplica a la electricidad, del 21%, impropio de un servicio esencial. En este sentido, reclama al Gobierno que baje el IVA de la luz al tipo mínimo permitido por la normativa europea, legislación que también debe ser modificada para facilitar una bajada mayor.