El Sindicato de Enfermería SATSE del Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga, en representación de todos sus trabajadores y trabajadoras, quiere trasladar a la opinión pública el malestar y la preocupación en la que se encuentra inmersa la plantilla del Hospital Virgen de la Victoria por no poder desempeñar su trabajo con las mínimas garantías exigidas y no poder mantener la seguridad clínica y cuidados del paciente, además de su bienestar durante la estancia hospitalaria.
Desde hace meses este sindicato lleva manifestando a la diferentes Direcciones del Hospital la escasez de recursos humanos tan importante a la que nos encontramos sometidos diariamente, ya que las plantillas están obsoletas y no acordes a las cargas de trabajo.
Otro hecho que agrava aún más esta situación es que sólo se contrata un porcentaje mínimo de bajas y de reducciones de jornadas, dejando la plantilla con unos 150 enfermeros menos diariamente.
Tal situación ha llegado al extremo de que se denieguen permisos y días libres a los trabajadores de este centro, generando un gran malestar y una sobrecarga física y mental, ya que se han aumentado las cargas de trabajo y, por ello disminuyendo la calidad asistencial, la seguridad de los pacientes y de los trabajadores.
Para este sindicato resulta inaceptable que esta dirección lleve semanas sin dar ninguna explicación coherente a estos hechos, con contrataciones precarias e insuficientes.
Tampoco entendemos cómo se abren nuevos servicios en los últimos tiempos anunciados a bombo y platillo en los medios de comunicación, sin la dotación del personal necesario para su correcto funcionamiento, y usando profesionales de otros servicios, con lo que no se cumplen los estándares de calidad, perdiéndose eficacia a la hora de tratar a los pacientes durante su estancia en el Centro. Es lo que comúnmente se llama “Vestir un Santo para desvestir otro”.
Desde este sindicato queremos denunciar públicamente a la Dirección de este Hospital por la mala gestión de sus profesionales, hechos reiterados hasta tal punto que haya profesionales que no sepan su planilla mensual e incluso semanal para poder organizarse con sus familias, y situaciones tan aberrantes como cambiar a un profesional hasta en tres ocasiones en el mismo turno por diferentes servicios y áreas específicas.