El Ayuntamiento de Casares ha puesto en marcha un plan municipal de prevención y control frente a la Fiebre del Nilo Occidental, una enfermedad transmitida por la picadura de mosquitos infectados. Esta iniciativa se enmarca dentro del Plan de Control Integral promovido por la Junta de Andalucía, al que el municipio malagueño se suma con actuaciones propias adaptadas a su territorio.
El objetivo principal consiste en minimizar los riesgos de propagación del virus entre la población y proteger tanto a las personas como a los animales mediante tareas de control ambiental y campañas de concienciación dirigidas a la ciudadanía. La medida preventiva cobra especial relevancia durante los meses de mayor actividad del mosquito transmisor.
El plan incluye la identificación y eliminación de posibles focos de cría de mosquitos en espacios públicos y zonas verdes del municipio. Paralelamente, las autoridades locales difunden recomendaciones prácticas para que los vecinos puedan contribuir a la prevención desde sus propios hogares.
Entre las medidas recomendadas a la población figuran evitar acumulaciones de agua en macetas, cubos, bebederos, canalones o juguetes, así como renovar el agua de los animales cada 48 horas. Los ciudadanos deben utilizar mosquiteras y repelentes autorizados, cubrirse con ropa de manga larga y evitar las salidas al exterior durante el anochecer.
La concejala de Medio Ambiente, Noelia Rodríguez, destacó que la prevención comienza en los hogares con pequeños gestos diarios que ayudan a frenar la cría del mosquito. Subrayó también la importancia de la acción institucional mediante un compromiso firme para vigilar, actuar y sensibilizar a la población.
Las autoridades municipales recomiendan además reducir el uso de luces exteriores y perfumes intensos que resultan atractivos para los insectos transmisores. Estas medidas de protección individual complementan las actuaciones de control desarrolladas en el ámbito público.
Aunque en la mayoría de los casos la Fiebre del Nilo Occidental no presenta síntomas, existe un pequeño porcentaje de casos en los que puede derivar en complicaciones graves. Esta circunstancia refuerza la importancia de sumar esfuerzos en la lucha contra este vector durante los meses de mayor riesgo de transmisión.
El plan municipal se mantendrá activo mientras se prolongue la temporada de mayor actividad del mosquito transmisor y se irá adaptando según la evolución de las condiciones climáticas y ambientales. La iniciativa forma parte de una estrategia coordinada entre diferentes administraciones para abordar de manera integral los riesgos sanitarios asociados a esta enfermedad.
La Fiebre del Nilo Occidental constituye una preocupación de salud pública que requiere la colaboración entre instituciones y ciudadanía. El enfoque preventivo adoptado por Casares busca anticiparse a posibles brotes mediante la eliminación de condiciones favorables para la proliferación del mosquito vector.
Las medidas implementadas abarcan tanto la vigilancia activa de zonas de riesgo como la educación sanitaria de la población, estableciendo un marco de actuación integral que combina responsabilidad institucional y participación ciudadana en la protección de la salud colectiva.