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jueves, diciembre 12, 2024

Cada ocho minutos muere una mujer en España por enfermedad cardiovascular

Un total de 63.291 mujeres fallecieron en España en 2021 debido a alguna enfermedad cardiovascular, según los últimos datos disponibles del Instituto Nacional de Estadística (INE). Esto supone que cada ocho minutos muere una mujer por esta causa en nuestro país. Con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, el próximo 8 de marzo, la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Fundación Española del Corazón (FEC) ponen el foco en estos datos para recordar que las patologías cardiovasculares no son “cosa de hombres”.
Analizando las tasas brutas de muerte por cada 100.000 habitantes correspondientes al año 2021, las cifras son claras: ellas mueren más por enfermedades cardiovasculares que por tumores, mientras que los hombres mueren más por cáncer.

Las enfermedades isquémicas del corazón son la causa más importante de muerte cardiovascular en mujeres en todo el mundo, aunque la incidencia reportada en ellas está infraestimada. Si bien es cierto que el infarto de miocardio clásico es tres veces más común en hombres que en mujeres en edad avanzada, está aumentando el número de mujeres por debajo de los 65 años que sufren infarto de miocardio. En concreto, MINOCA (un tipo de infarto sin obstrucción de las arterias coronarias) y disección coronaria espontánea (separación espontánea de las capas de la pared arterial -por rotura o desgarro- de causa desconocida). Se estima que hasta el 30% de los infartos de miocardio en mujeres por debajo de los 60 años son causados por una disección coronaria espontánea.
Riesgo cardiovascular en la mujer a lo largo de su vida
Más allá de los factores de riesgo clásicos (presión arterial, alimentación, colesterol, tabaquismo, obesidad y sedentarismo), que son más prevalentes en edades avanzadas, las mujeres experimentan cambios hormonales a lo largo de su vida, lo que también puede afectar al riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
La disminución de los niveles de estrógenos en la menopausia se relaciona con alteraciones en la función vascular. Los cambios hormonales característicos de esta etapa también se asocian a alteraciones en la composición corporal con un incremento de la grasa abdominal (la más peligrosa) y a cambios en el perfil lipídico, de forma que se producen incrementos de entre un 10 y un 15% en los niveles de colesterol LDL (colesterol malo) y triglicéridos, mientras que bajan levemente los niveles de colesterol HDL (colesterol bueno). Además, entre el 30 y el 50% de las mujeres desarrolla hipertensión antes de los 60 años.
Pero antes de llegar a la menopausia, existen otras condiciones propias de la mujer que también se relacionan con un incremento del riesgo cardiovascular:
• Las mujeres con insuficiencia ovárica prematura (pérdida de la función ovárica antes de los 40 años) tienen menor esperanza de vida que aquellas con una menopausia tardía, debido a enfermedades cardiovasculares y osteoporosis. Cada año de menopausia temprana se asocia con un incremento del 3% del riesgo cardiovascular.
• Abortos de repetición: tener dos o más abortos, consecutivos o no, puede incrementar el riesgo de enfermedad isquémica del corazón.
• Las mujeres con antecedentes de parto prematuro (aquel que se produce antes de la semana 37 de gestación) parecen tener dos veces mayor riesgo de enfermedad cardiovascular en la vejez.
• La hipertensión gestacional afecta a entre el 5 y el 10% de las embarazadas en todo el mundo. La preeclampsia (síndrome caracterizado por el aumento de la presión arterial, la presencia de proteínas en la orina y un mal funcionamiento del endotelio) incrementa por 4 el riesgo de padecer insuficiencia cardiaca e hipertensión y por 2 el riesgo de enfermedad isquémica del corazón, accidentes cerebrovasculares y muertes cardiovasculares.
• La diabetes gestacional, que ocurre en aproximadamente el 7% de los embarazos, se asocia con el doble de riesgo de eventos cardiovasculares futuros.
• Las píldoras anticonceptivas orales combinadas conllevan un incremento del riesgo de trombosis venosa, infarto e ictus; que aumenta significativamente si la mujer fuma.
En este contexto, la SEC y la FEC se hacen eco de las estrategias para abordar el exceso del riesgo cardiovascular en las mujeres, recomendadas en ‘Salud cardiovascular después de la transición a la menopausia, trastornos del embarazo y otras condiciones ginecológicas: un documento de consenso de cardiólogos, ginecólogos y endocrinólogos europeos’, publicado en el European Heart Journal.

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