El baile de cifras negativas del ayuntamiento de Estepona vuelve a poner a descubierto las diferencias entre gobierno y oposición.
Parece que no salen las cuentas a tenor de lo publicado y exclamado en diversas ruedas de prensa en los últimos días en Estepona. Por un lado el alcalde intentando dar buenas noticias sobre su gestión adelanta unas cifras y una reducción de una de las muchas deudas que tiene el consistorio. El alcalde da prioridad en su gestión reducir la deuda con la Seguridad Social y Hacienda mientras nada se habla de las medidas necesarias para pagar la deuda con la pequeña y mediana empresa que parece dormir en el baile de los olvidados. Por otro lado el Partido Popular de la mano de su presidente, Ignacio Mena, arremete contra el actual regidor presentando unas cuentas que indican una deuda general del ayuntamiento que da miedo sólo pronunciarlas. Según el Partido Popular la deuda total del Ayuntamiento de Estepona sería de 200 millones de euros mientras el Alcalde esgrime que sería sólo de 163. Se pueden hacer los números en las antiguas pesetas porque es como si hablar de millones de euros no sería lo suficientemente grande la cifra: 163 millones de euros son: 27.120.918.000 pesetas.
La deuda según unos y otros sería de 23 millones de euros de facturas que todavía no han sido contabilizadas por el consistorio, aunque se sabe que estar, están. ¿qué pensarán los empresarios que remitieron esas facturas y por las que muchos habrán tenido que pagar sus correspondientes impuestos?. Sin comentarios. La cifra sería de 3.826.878.000 pesetas
84,5 Millones de euros se deben a empresas que han facturado al ayuntamiento y que se les ha reconocido la deuda pero que no cuentan con ningún plan de pagos. La cifra sería de 14.059.617.000 pesetas. Nos podríamos realizar la misma pregunta que en el caso anterior.
Quedarían por derimir las denuncias judiciales que tiene el ayuntamiento interpuestas por las empresas que han ejecutado sus trabajos que según el Partido Popular ascenderían a 51 millones de euros…
La mala gestión realizada pone en serias dificultades al consistorio ante todo tipo de organismos y lo que es más grave ante los posibles inversores o empresas locales que pudieran pensar que el Ayuntamiento sería un buen cliente. Ante este panorama es obligado un plan de reajuste urgente que intente paliar y mejorar la situación económica del ayuntamiento. La gran paradoja es que parece como que la deuda no preocupa, no se siente como propia para el ciudadano que no acaba de entender que una deuda de este tipo sí repercutirá puesto que la inversión en el municipio tanto en servicios nuevos como infraestructuras se verá mermada, o a punto de desaparición total y por otro lado la incapacidad de poder prestar los servicios existentes con los avales económicos necesarios.