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domingo, noviembre 24, 2024

La importancia del vestuario

Formation, una palabra que se situó entre los trending topics de Twitter casi al instante. Beyoncé se muestra desafiante en el que es su tema más políticamente directo hasta la fecha. Supone una potente afirmación de quién es, de dónde viene, de a dónde ha llegado, pero también habla del “black pride” como muchos lo han denominado. Beyoncé con este tema no solo quería centrar la atención en un tema tan importante –y a veces tan poco comentado– como es la situación de la población afroamericana, sino también quería que estos se sintieran orgullosos de lo que son.

Formation es desafiante, tanto la canción, como el video y la actitud de la cantante, y supone una declaración de quien es y lo que apoya, pero también una declaración social y política. Beyoncé muestra que está prestando atención, que tiene una opinión, que le importa, entiende su poder y lo utiliza en este tema. Canta sobre los estereotipos que se adjudica a la raza negra y se enorgullece de ellos, pero también habla de belleza y la cultura negras y reclama esta última como propia, convirtiendo este tema en fuerza y orgullo. Es importante destacar que los estereotipos y características a las que Beyoncé hace referencia no son aquellos socialmente “aceptados” ni aquellos que tienen un lugar en las revistas de moda más vendidas o con más nombre, sino aquellos a las que la mayoría de las personas les cuesta asociar con la belleza.

Es también una canción protesta por la situación de la comunidad afro-americana en América: brutalidad policial, injusticia social, estereotipos (por los cuales son oprimidos), el movimiento “Black Lives Matter”, la apropiación cultural. Es una llamada a la acción, al enorgullecimiento, a la lucha, a las mujeres negras (ladies, now let’s get in formation, repite numerosas veces) porque Formation es feminista. Beyoncé no olvida destacar su poder (“I might get your song played on the radio station”, una de las líneas más memorables de la canción) y como su valor está por encima del de la mayoría de hombres en la industria. Pero esta canción también es el tributo de Beyoncé a sus orígenes, habla del sur de Estados Unidos (“my daddy Alabama, momma Louisiana, you mix that negro with that Creole, make a Texas bama”), pero especialmente hace referencia a Nueva Orleans, una de las zonas con más población afro-americana (y al huracán Katrina, que sacudió el sur de Estados Unidos, especialmente Louisiana, en 2005).

Estéticamente recuerda a su último trabajo (Beyoncé, 2013), tanto por la gama de colores y el potente lenguaje visual, como por las referencias utilizadas (a trabajos anteriores, tanto propios como de otros artistas) y por la cantidad de looks nuevos que ha empleado para dar vida a la canción. Sin embargo, aquí el vestuario tiene todavía mayor importancia debido a las numerosas connotaciones de este. Por un lado, han sido un elemento clave para conseguir la cohesión del vídeo y la unidad de este con la canción. Por otro lado, ha querido contestar a ese estereotipo adjudicado al sur de Estados Unidos, pero principalmente a Louisiana, habitualmente asociado con la pobreza o “inferioridad” cultural (frente a otras ciudades, como aquellas situadas en el norte a las que se asocia con el jazz, o aquellas situadas en el este a las que se asocia con la libertad). Beyoncé con este video ha mostrado la riqueza y dinamismo que ha caracterizado a la cultura, y por lo tanto a la moda, de Nueva Orleans a través de su historia, desde la abolición de la esclavitud hasta nuestros días. Sin embargo, haciendo esto (y lo más seguro que siendo consciente de ello) también ha representado la diversidad de mujeres negras que existen. El debate sobre la falta de representación de la población negra en la cultura, sobre todo en aquellos medios más grandes como son la música, el cine y la televisión, parece interminable, pero sigue sin haber cambios visibles. Aquí Beyoncé ha querido aportar su granito de arena y no solo ha lanzado un llamamiento a todas las mujeres negras para que se unan a ella, sino que ha querido que todas se sintieran identificadas, que todas se vieran reflejadas y se sintieran parte de esta formación que la cantante lidera. Por ese motivo también el pelo – los diferentes peinados – ha tenido una gran importancia, ya que ha reforzado la riqueza de la cultura negra.

Probablemente la primera escena de Beyoncé en el vídeo sea la más importante, o la que más connotaciones puede tener, de todas. Y quizá este es el motivo por el cual este es el look más natural de todos los que aparecen: un vestido rojo y blanco largo, abotonado y de cuello alto de Gucci, botas, y maquillaje y pelo naturales mientras está tumbada sobre un coche de policía de Nueva Orleans en una ciudad abnegada por el agua tras el huracán Katrina.

Por otro lado, encontramos diversas escenas en las que Beyoncé hace referencia, según muchos, a la clase alta negra de Nueva Orleans, aunque para otros es una forma de reflejar el poder que realmente ha tenido y tiene la clase negra. En esas escenas, los estilismos también reflejan el estatus, encontrando a Beyoncé con vestido con encaje, vistosas joyas, peinados elaborados, y maquillaje natural (a excepción de los labios, en algunos casos pintados de colores vivos), y acompañada en algunos casos de más personas, como es el caso de la escena en la que aparece junto a otras cinco mujeres, todas ellas vestidas con diferentes trajes blancos de estilo victoriano, y además sus peinados son todos diferentes.

Sin embargo, también encontramos escenas en las que el vestuario recuerda más al estilo actual, o tendencias que han vuelto a ponerse de moda hoy en día, como el abrigo de pelo que lleva en la escena en la que aparece asomada por la ventanilla de un coche (un clásico donk), con el pelo en cornrows y un maquillaje natural a excepción de los párpados, pintados en rosa brillante, o la escena en la que aparece vestida con blusa transparente morada (a juego con el color de los labios), falda azul y pelo afro.

Pero Beyoncé no solo se coloca a sí misma para representar la diversidad. Es el caso de la escena de la tienda de pelucas, en la que vemos a tres mujeres vestidas con un estilo más actual y con el pelo en colores fuertes, y también el de las escenas en las que – a clásico estilo Beyoncé – aparece bailando junto a un grupo de mujeres. En una de ellas están bailando dentro de una piscina vacía y todas ellas están vestidas con conjuntos muy similares de Gucci en gris con detalles rojos, en la escena en la que aparecen bailando en un aparcamiento todas van vestidas, al igual que en el caso anterior, de forma muy similar, pero esta vez el conjunto está formado por prendas metálicas y otras vaqueras. Esta elección del vestuario también refuerza el “let’s get in formation” que repite durante la canción, ya que da la sensación de uniforme debido a que pertenecen a esa formación de la que Beyoncé habla.

Además, encontramos escenas en las que la cantante no aparece, escenas enfocadas en personas negras muy diversas o en diferentes elementos que estas personas llevan puesto o están haciendo, en las cuales también se refuerza esa variedad cultural.

Podemos concluir que la fuerza del último lanzamiento de Beyoncé reside, precisamente, en que es de Beyoncé, pero también en que ha sido lanzado como single y video unidos, ya que el lenguaje visual es tan rico y potente que consigue que cada vez que escuches la canción recuerdes cada una de las escenas de este. Además, aunque la canción es directa, tiene algunas connotaciones que son más sencillas de ver y comprender gracias al videoclip, connotaciones reforzadas, como se ha señalado antes, con el vestuario elegido. Ahora solo queda esperar para ver si Formation tiene la repercusión que merece y necesita.

Nerea Maroto

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