El mundo de la moda ha sido objeto de muchas críticas pero, sin duda alguna, el principal motivo de estas es la poca variedad en las modelos escogidas, ya que todas son altas, delgadas y tienen la piel perfecta.
Sin embargo, desde hace unos años, y cada vez más, muchas firmas han decidido tratar de reflejar en las pasarelas, o en sus campañas de publicidad, la diversidad que caracteriza al mundo real.
Los casos más conocidos son el de Conchita Wurst, ganadora de Eurovisión en la edición del 2014, tras lo cual apareció en varios desfiles, como el de Jean Paul Gaultier; o el reciente caso de Winnie Harlow, la modelo que padece de vitíligo, protagonista de la campaña publicitaria de Desigual (firma para la que también ha desfilado), y la cual también apareció en el videoclip de ‘Guts Over Fear’, canción Pero estos no son los únicos casos.
Desde modelos con enfermedades, entre las cuales encontramos a modelos como Bethany Townsed, con la enfermedad de Crohn; modelos con alguna discapacidad, como Rebekah Marine, la cual no tiene antebrazo; modelos transexuales como Lea T, modelos de características andróginas como Andreja Pejic (denominada el “hombre más guapo del mundo”) y Stav Strashko,…. O aquellas que se salen de la “norma física” impuesta a las modelos, como es el caso de Cassandra Bankson, con acné quístico, o el de Molly Bair (en la foto), conocida como “la modelo alienígena”, el caso más comentado recientemente en las publicaciones de moda.
Si siguiéramos lo que muchos decían, que “la mujer perfecta” es aquella que aparece en los carteles publicitarios y desfila en las pasarelas, en la actualidad “la mujer perfecta” sería una gran variedad de mujeres.
Es cierto que el optar por la diversidad en las modelos hace que se hable más de las marcas y supone un reclamo publicitario para estas, pero también es cierto que esto hace el mundo de la moda más real, lo acerca más a la gente y hace que sientan que la moda es realmente para todos.
Nerea Maroto
